diumenge, 12 d’abril del 2009

El tiempo...

El tiempo pasa para todos, nadie puede escapar. Sólo se vive una vez, y cada segundo es único e irrepetible. Las manijas del reloj nunca tienen descanso. El tiempo es oro para las personas. Pero éstas no siempre pueden aprovecharlo como quisieran…las circunstancias de vida de cada ser y sobre todo el contexto que lo rodea determinará en muchos casos a que o en qué podrá gastar su preciado tiempo. Los que creemos en el destino pensamos que es éste quien marcará cuánto tiempo disponemos cada uno de vida y en qué lo ocuparemos.


Más allá de los supuestos filosóficos y las románticas reflexiones del tiempo capitaneadas por ejemplo con el Carpe Diem, están los estudios teóricos, en este caso cuantitativo.


En la última clase de Cultura que ofreció José María Percebal se abordó la cuestión sobre la evolución del tiempo y de los medios de comunicación para gestionar el ocio en Occidente, es decir en la Europa occidental-anglosajona y parte de Estados Unidos. Para comprender mejor los datos y sacar las pertinentes conclusiones el profesor Percebal nos entregó a cada uno un cuadro. Éste cuadro indicaba en la parte superior una división temporal por etapas que incluía los años estudios (1800-1830 / 1830-1880 / 1880-1914 / 1914-1940 / 1940-1960 / 1960-1980 / 1980-2004 / 2005); en el lateral izquierdo se había incluido una división de los espacios temporales de vida que se han dispuesto como objetos de estudio: tiempo de descanso, tiempo de trabajo, tiempo de ocio pagado y medios y espacio de ocio.

Empezando por la primera etapa descubrimos que entre 1800 y 1830 había poco tiempo pero también se ganaba poco dinero. Al descanso se le dedicaban 8 horas diarias, lo que suponía un total de 2920 horas anuales. El tiempo que se le dedicaba al trabajo era de 14 horas diarias, lo que suponía una jornada laboral de sol a sol. Se trabajaba casi el doble de lo que se descansaba. El tiempo pagado de ocio solo llegaba a las 2 horas diarias y ese tiempo se dedicaba a beber y pasear por ferias ambulantes y circos. El aumento del alcohol aumentó fuertemente durante la era industrial i nacería en la época el alcoholismo, del cual se aprovecharían algunos cultivadores que cambiaron su cosecha por la viña. En esos tiempos había poco espacio para el producto cultural.



La segunda etapa comprendida entre 1830 y 1880 se mantuvo el mismo tiempo de descanso que el período anterior, pero disminuyó 2 horas el tiempo de trabajo aumentando de esta forma en 2 horas el tiempo de ocio pagado. Es decir que dos horas de trabajo ahora pasaban a ser de disfrute, además de disponer de un día de total descanso: los domingos. Esto se debió gracias a la conjugación de dos sectores, por un lado el sector sindical, los sindicatos socialistas reivindicaron el domingo como día de descanso; y por el otro lado la iglesia que pidió el domingo como día del señor para que la gente acudiera ese día a misa. No fue un cambio pacífico, costó vidas pero tras una larga lucha se consiguió. Si bien la izquierda luchó por aumentar el tiempo de descanso no gestionó en cambio el ocio como diversión y por ello la diversión se gestionó sola. Nacieron nuevos medios y espacios de ocio. Empezaremos por los parques entendidos por la élite como una pedagogía para los obreros y en ellos se colocaban estatúas de prohombres. Seguiremos con el folletón que eran las pequeñas novelas que se daban por entregas en las partes inferiores de los diarios. Una sola persona los leía en voz alta para una multitud, i se descubrió que esa multitud prefería los folletones en donde se diera conflicto. Luego estaría la prensa ilustrada y por último las cartas postales.

La tercera etapa que va desde 1880-1914 incluiría un cambio radical en las sociedades, la llegada de la electricidad. Lo que convierte a las ciudades en atractivas “ciudades brillantes”. I también provocaría el nacimiento del turno nocturno, dedicado en un principio especialmente a las mujeres. Éstas ahora son obreras y por tanto entra más dinero en casa, pero no mucho más porqué ellas cobraban menos. El tiempo de descanso no varió, pero de nuevo si se produjo un traspase de horas del tiempo de trabajo al tiempo de ocio pagado en la misma proporción que la etapa anterior. Ahora la jornada laboral era de 10 horas diarias y el domingo era festivo mientras que el tiempo de ocio pagado ascendía hasta las 6 horas. Los medios y el espacio de ocio era cubierto con revistas ilustradas, con diarios sensacionalistas y con toda una nueva revolución: la radio y el cine mudo. La radio se perfiló como un suporte cultural para toda la familia que suponía un espacio cultural interno; el cine mudo seguía un ritual cultural distinto que no reunía a toda la familia en casa sino que se trataba de hacer salir a la gente de casa por ello era un espacio cultural externo.

Entre 1914 y 1940 se distingue la cuarta etapa. Este período sería especialmente crudo para la sociedad ya que desarrollaría la Primera Guerra Mundial, y el nacimiento de la Segunda . El tiempo de descanso sigue intacto. De nuevo una de las horas del tiempo de trabajo pasaría a ser tiempo de ocio, pero disminuyó la proporción. En el cambio de los periodos anteriores el cambio fue de dos horas, ahora de tan solo una. Pero se produjo un cambio especialmente significativo y es que por primera vez las horas anuales de ocio pagado superaban a las del tiempo de trabajo. Si bien el tiempo de trabajo fue de 9 horas y domingo el tiempo de ocio pagado era de 7 horas diarias, con una semana de vacaciones y el nacimiento de un retiro a los 75 años. La producción cultural estuvo especialmente al servicio del poder con el corroboraban algunos intelectuales. Nacería el cine sonoro y se desarrollaría el libro de bolsillo. El deporte se convertirá en un espectáculo movido por las pasiones de sus seguidores que provoca la transmisión de los partidos por radio, pero también se plasmarían sus jugadores en cromos y revistas.

Para el período que va desde 1940 a 1960 nacería en Europa el Estado de Bienestar . El tiempo de descanso se mantenía y la diferencia entre las horas anuales del tiempo de trabajo y las del ocio pagado seguía en aumentó. Ahora se disponía de unas 900 horas más de ocio que de trabajo. Si se trabajaban 8 horas diarias y se tenía el domingo de fiesta, para el ocio se disponía de 8 horas diarias con 21 días de vacaciones. Nacerían aquí las vacaciones al sol, que trajo trabajo y divisas al sur de Europa por el aumento de turismo del norte. En esta época te podías retirar cinco años antes que el período anterior, es decir, a los 70 años. Se darían nuevos medios y espacios de ocio como el cine en color, la fotografía familiar, el deporte de masas y los conciertos y discotecas.




La sexta etapa iría de 1960-1980. En ella surgiría la revolución de la navidad cuyo epicentro es el consumo. Continuamos con el mismo tiempo de descanso y disminuyendo el tiempo de trabajo. En este caso solo se trabajaban 8 horas y ya no solo se disponía del domingo para descansar; ya se tenía el fin de semana completo. Sobre el tiempo de ocio pagado se mantenían las 8 horas diarias pero de vacaciones había un mes y la retiración estaba permitida a partir de los 65 años. Con todo ello continuó la tendencia de quitar tiempo de trabajo y pasarlo al tiempo de ocio. Entre las novedades de medios nacería la televisión y video casero así como también para el ocio surgirían los parques temáticos. Aparecería el consumo cultural infantil.
Con el último período cerrado hasta el momento se terminarían las mejoras. Y es que la etapa de 1980 a 2004 recogió las consecuencias de la Crisis de 1973 que provocó un aumento de horas y un trabajo precario. El tiempo de descanso permanece intacto como en todos los periodos. Se incluye entre paréntesis si el tiempo de trabajo fue exactamente de 7 horas diarias y fin de semana de descanso. De vacaciones se siguió teniendo un mes pero la retiración retrocedió y posiblemente se volvería a da a los 70 años. En esta nueva era volvería a surgir la televisión en color y llegaría una gran revolución con el ordenador personal y la digitalización.

El último año del estudio, 2005, recoge los datos que ofreció un informe europeo. En dicho informa se incluye dice que en España se trabajan 1774 horas anuales, lo que supone un 14% más que la media europea aunque se sigue manteniendo por debajo de Estados Unidos. En este último año el consumo cultural es especialmente destacado en la tercera edad y la juventud.



Como puede ir apreciándose en la disposición de datos, las mejoras se van sucediendo hasta que se abandona la lucha. Mientras hubo un fuerte movimiento social reivindicativo, se fueron alcanzando mejoras pero en el momento en que las personas se asientan, porqué se sienten cómodas los que tienen poder empiezan a abusar de ello e ir recortando paulatinamente las ventajas que se han ido adquiriendo con décadas de movimiento. Prueba de ese recorte de derechos adquiridos con el asentamiento cómodo estaría la aprobación de la Unión Europea el pasado mes de Octubre de ampliar por encima de las 48 horas la semana laboral, burlando así un derecho social consagrado por la Organización Internacional del Trabajo
Las nuevas generaciones hemos nacido con la “papeleta solucionada”. Ya disponíamos de muchas ventajas y al encontrar eso hecho lo asimilamos como “algo normal”, aunque en realidad eso dista mucho de la realidad. A esta comodidad se le añadiría la nueva realidad social que se vive en occidente, con una fuerte oleada de inmigración en gran parte con escasa o nula formación que proviene de circunstancias muy difíciles y son capaces de enormes sacrificios por muy poco dinero. La situación es pues más compleja de lo que puede parecer.
Se tiene, a mi parecer una concepción equivocada de que cuanto más se trabaje, más se producirá y más se venderá y más rico se hará el empresario. Es erróneo porqué el agotamiento físico y el desgaste que provoca tantas horas de trabajo disminuye el rendimiento de las personas. Es mucho mejor trabajar menos, para desgastarse menos y poder así rendir al máximo durante toda la jornada. El mundo debiera estar hecho de otra pasta. Si todos fuéramos de todo, político, jardinero, escritos barrendero, empresario…con las mismas condiciones, misma jornada, mismo salario…se podría avanzar más ampliamente y de forma más positiva para todos. Pero si los que deciden son los que tienen el poder, justamente los que menos esfuerzos hacen y más ingresos reciben, poco se va a arreglar y lo que se arregle será muy lentamente.
¿Qué pasará después de la Crisi? Todavía es un misterio, hay quienes apuntan al fin del capitalismo, hay quines dicen que iremos a peor en cuanto condiciones laborales...cada uno va haciendo sus apuestas pero es demasiado incierto, pero vamos a ser positivos. Yo estoy de acuerdo con el profesor Percebal, y es posible que una salida sea el aumento del consumo y especialmente este se vea reflejado en el consumo cultural.

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