dissabte, 11 d’abril del 2009

Haiku

Esta Semana Santa he aprovechado para hacer muchas cosas, una de ellas es visitar el Zoo de Barcelona. Hacía años que no pasaba por allí, pero todo sigue igual. No noté ningún cambio en el lugar. Sólo yo había cambiado. Ahora no me miraba aquellas jaulas como me las miraba antes…con la ilusión de descubrir el animalito que se hallaba dentro y haciéndole guiños para que éste se moviera.

Aproveche mi visita para plasmar lo que allí percibía en mi libreta. Y dispuse todas aquellas impresiones en forma de haiku. Un estilo breve de poema japonés que intenta recoger aquello destacado de un lugar en un momento concreto. El hecho de que sus reglas no vayan más allá de 3 versos y qué estos estén formados por 5, 7 y 5 sílabas provoca que mucha gente se sienta atraída a componerlos.

Aquí van mis primeros haikus…

El primero se la dedico a un ave que tenía la mirada triste, en ella reflejaba un alma cansada. Con ello pensé en la de cosas que la tristeza nos impide hace cuando nos invade.
Quiso cantarme,
y no podía entonar
pobre pájaro.

Las paradojas de la vida, parece que nadie puede tenerlo todo. En el zoo algunos animales viven con sus progenitores pero están privados de la absoluta libertad.
El mundo feliz
aquí tiene su madre
allí libertad.

Las circunstancias de la vida de éstos animales son obvias. Reciben enormes cuidados y deliciosos manjares sin apenas esfuerzo. A cambio el espacio por el que se pueden mover está delimitado. Su instinto animal de supervivencia se pierde.
Buenos canapés
con pequeños espacios
vivir por vivir.

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